El Palacio Real de Bruselas es el palacio oficial del
Rey Felipe I de Bélgica y de su familia, donde tienen lugar los grandes actos
oficiales, aunque los Reyes residen en el Palacio de Laeken, y se sitúa en el centro
de la ciudad, frente al Parque de Bruselas.
La primera construcción en el lugar data de la segunda
mitad del siglo XI, cuando se construyó el Castillo de Coudenberg por parte de los
Duques de Brabante, que posteriormente fue ampliado por los Duques de Borgoña y
por los Gobernadores de los Países Bajos Austriacos.
En este lugar se encontraba el Aula Magna o Salón del
Trono en el que el Emperador Carlos V abdicó en favor de su hijo, Felipe II, en
1555. El antiguo castillo fue destruido por un incendio el 3 de febrero de
1731.
Posteriormente el Gobernador de los Países Bajos
Austríacos, Carlos Alejandro de Lorena, manda construir en las inmediaciones el
Palacio de Carlos de Lorena, que hoy acoge la Biblioteca Real de Bélgica, y un
nuevo edificio para el Consejo de Brabante, hoy Parlamento de Bélgica. Al otro
lado del parque, una calle separaba dos mansiones de reciente construcción, la
residencia del abad de Coudenberg y otra para miembros del gobierno.
En 1814, con la creación del Reino Unido de los Países
Bajos, Guillermo I de los Países Bajos, mandó a unir las dos mansiones con una
galería, dotándola de una fachada neoclásica, bajo proyecto del arquitecto
Tilman-François Suys.
Tras la creación del Reino de Bélgica, Leopoldo I
utilizó el Palacio para actos oficiales, pero fue su hijo, Leopoldo II, el que
amplió el Palacio con los diseños del arquitecto Alphonse Balat.
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