La Real Orden de los Serafines es una orden de
caballería, la más alta distinción del Reino de Suecia, instituida el 23 de
febrero de 1748 por el Rey Federico I de Suecia, y es otorgada a los miembros
de la Familia Real Sueca y a los Jefes de Estado extranjeros, desde su
reorganización en 1975.
La Orden con carácter dinástico, es una de las cuatro
órdenes suecas conocidas como “Órdenes de Su Majestad el Rey”, y probablemente
esté inspirada en una orden medieval, la Orden del Nombre de Jesús, instituida
en 1569 por Juan III y cuyos elementos representativos eran similares a la
actual orden.
Los actuales estatutos de la
Orden provienen de 1975, que confirman la existencia de una única clase en la
Orden, la de Caballero. El monarca sueco es el Gran Maestre de la misma.
La insignia de la Orden es una
Cruz de Malta de oro esmaltada de blanco, con una cruz patriarcal de oro en
cada brazo y un serafín de oro entre los brazos, sujetando con sus alas el
medallón central. El anverso del medallón es de esmalte azul, con el anagrama representativo
de Jesús “IHS” en esmalte blanco entre tres coronas de oro, bajo las cuales
están representados los tres clavos con los que Jesucristo fue crucificado. El
reverso es también de esmalte azul con las siglas FRS (Federico, Rey de Suecia)
en esmalte blanco. La insignia cuelga de una Corona Real de oro.
El Collar de la Orden es de oro y se compone de once
eslabones con cruces patriarcales esmaltadas en azul turquesa, alternados con
once eslabones de serafines, representados como la cabeza de un niño rodeada de
seis alas, cada una con una expresión facial diferente. Del collar pende la insignia
de la Orden.
Originariamente, la Orden tenía un Gran Hábito para
los caballeros, consistente en una chaqueta y pantalón de raso blanco con
botones y encaje negros; sobre el que se ponía un manto de raso negro, forrado
de raso blanco y adornado con encaje negro y un cuello blanco. El manto con la
placa de la Orden bordada en el lado izquierdo. Además, botas blancas con punta
negra y espuelas de oro; y sombrero de copa negro con una banda blanca y con un
penacho de plumas de avestruz blancas y negras.
También existía un Hábito Menor, consistente en una
chaqueta y pantalón de terciopelo amaranto con botones, hombreras, puños y faja
de oro pálidos; sobre el que se ponía un manto de raso púrpura, forrado de oro
pálido satinado y adornado con cuello también de oro pálido. El manto con la
placa de la Orden bordada en el lado izquierdo. Además, botas negras con
espuelas de oro y sombrero de copa negro con una banda de oro satinado y con un
penacho de plumas de avestruz blancas y negras.
La cinta es de seda
de color azul claro de distinto ancho para caballeros, damas e infantes. Se
coloca desde el hombro derecho con la insignia reposando en la cadera izquierda.
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