El Castillo de Belvédère es una de las Residencias
Reales de Bélgica y se sitúa en el área de Laeken (Bruselas).
El castillo fue mandado a construir en 1788 por
Édouard de Walckiers, Receptor General y Asesor de Finanzas de los Países Bajos
austríacos, bajo proyecto del arquitecto Antoine Payen l’Aîné, inspirado en la
Villa Capra de Vicenza.
A su fallecimiento, el castillo fue vendido por sus
herederos a Jean-Baptiste Cartinel y en 1854 fue adquirido por François-Philippe
de Haussy, Ministro de Justicia y primer Gobernador del Banco Nacional de
Bélgica, el cual amplia la edificación y construye la cúpula que caracteriza al
castillo.
El 29 de octubre de 1867, el Castillo de Belvédère fue
comprado por quinientos mil francos de oro por el Rey Leopoldo II, pasando a
ser residencia de diferentes miembros de la Familia Real Belga, como su hija
menor, la Princesa Clementina. En 1958 sirvió como sede de la administración responsable
de la Exposición Universal de Bruselas 1958.
En 1959, tras su matrimonio, se convirtió en la
residencia de los Príncipes Alberto y Paola, naciendo allí sus tres hijos: Felipe
I de Bélgica, Astrid de Bélgica y Lorenzo de Bélgica. En 1993, el ya convertido
Rey Alberto II permaneció en Belvédère como su residencia privada, mientras el
Palacio Real de Bruselas y el Palacio de Laeken acogían las recepciones
oficiales.
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