La Orden con carácter dinástico, honra al Rey fundador y está limitada a
ciudadanos belgas o a personalidades extranjeras que hayan contribuido al
estado belga, desde el punto de vista civil o militar.
Los miembros de la Orden son nombrados
directamente por el Rey de Bélgica, el cual es el Gran Maestre de la misma. La
Orden de Leopoldo cuenta con cinco clases diferentes (y 3 divisiones cada una
de ellas: civil, militar y marítima):
Gran Cordón: luce la insignia colgando del cuello con un
collar o en una banda desde el hombro derecho y la placa en el lado izquierdo
del pecho.
Gran Oficial: luce la insignia colgando del cuello y la
placa en el lado izquierdo del pecho.
Comandante: luce la cruz colgando del cuello.
Oficial: luce la insignia colgando de un galón con
una roseta.
Caballero: luce la insignia colgando de un galón.
La insignia de la Orden es una Cruz de Malta de
oro (plateada para los caballeros), esmaltada de blanco y una corona de laurel
y roble de esmalte verde entre los brazos de la cruz. En el anverso, el disco
central presenta un león de oro sobre esmalte negro. En el reverso se
encuentran el monograma del Rey Leopoldo I. Tanto el anverso como el reverso
están rodeados de un anillo de esmalte rojo con el lema “La unión hace la
fuerza” en francés y en holandés. En la parte superior se sitúa una corona
real.
La placa de la Orden es una estrella plateada de
ocho puntas con rayos lisos, en cuyo centro aparece la cruz de la insignia, a
la que se le pueden añadir espadas (división militar) o anclas (división
marítima).
El Collar de la Orden es de oro y se compone de eslabones alternos con 9 coronas
reales, 9 monogramas del Rey Leopoldo I y 18 leones. Del collar pende la
insignia de la Orden.
Coincidiendo con el centenario de la Orden, en 1932 se creó la Asociación
de la Orden de Leopoldo, organización sin ánimo de lucro encargada de mantener
el prestigio emanado de la más alta condecoración de Bélgica.
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